A Manuel Guillermo Moreno Rodríguez le cambió la vida de un momento a otro; los problemas de salud comenzaron a darle una rápida metamorfosis a su diario vivir para luego condenarlo a una tragedia de la que, asegura, "resucitó para contarla".
De aquel hombre de excelente contextura física, dotado de unas capacidades técnicas para jugar fútbol, sóftbol o béisbol, solo quedan los recuerdos por culpa de una afección de várices que acabó con una de las extremidades inferiores del hombre, oriundo de San Juan Nepomuceno, una población anclada en las atractivas sabanas del Departamento de Bolívar.
Sin embargo, pudo más su ilusión, valentía moral y las ganas incangeables de ser una persona útil para la sociedad, la misma en donde encontró receptividad social para arropar a alguien que, literalmente, le ganó la batalla a sublimes momentos de depresión, desencadenados por lo que parecía para él un lúgubre laberinto sin salida.
"Cuando tuve 30 años me detectaron unas várices en la pierna izquierda, de eso nunca me mejoré hasta tal punto que los médicos me dieron dos alternativas: o me amputaban la pierna o la afección podría llegar a otras partes del cuerpo. Ahí todo se me derrumbó, fueron días de difíciles y llenos de depresión porque no me quedó de otra que aceptar el procedimiento quirúrgico. Eso fue un 28 de octubre de 1992", recordó Manuel Moreno, mientras acariciaba su prótesis de carbono como queriendo encontrar una explicación a su infortunio.
Pero su fortaleza mental y espiritual fueron cimentando un estilo de vida diferente, acorde a las adversidades que había que sortear en su momento, debido a las limitaciones físicas con las que empezó a convivir, al lado del amor de sus diez hijos, 25 nietos y un bisnieto.
"Yo tenía como tres meses cuando mis padres llegaron a Codazzi para administrar la finca El Bachán, luego mi papá nos abandonó y nos fuimos a vivir al barrio Los Fundadores, en donde mi mamá nos crio con mucho sacrificio, yo solo estudié hasta tercero de primaria, pero me considero una persona útil para la sociedad", remembró el hombre que pronto cumplirá 67 años, traducidos en un largo historial de resiliencia del que asegura sentirse orgulloso.
Aprendió a convivir con su prótesis, también con su silla de rueda que se convirtieron en el más ferviente testimonio de su firmeza moral, hasta convertirse en un ejemplo de superación y modelo de estigma natural en el que estereotipa que para él "no hay nada imposible", mientras tenga salud y el amor de su familia.
"En mi hubo frustración, quise morirme, afortunadamente tuve el apoyo de mi familia que en ningún momento me abandonó. Primero andaba en muletas y luego el departamento me dio una silla de rueda que, posteriormente, por allá en 2014, la reemplacé por una que heredé de Orbeín Moreno, quien falleció en un accidente de tránsito y también tenía una discapacidad física igual a la mía. Desde entonces participo en carreras atléticas locales, regionales y nacionales, porque me acostumbré a hacerlo, tengo esa virtud y capacidad de recorrer decenas de kilómetros en silla de ruedas", reconoció Moreno, quien desde hace más de 35 años se gana la vida vendiendo loterías por el sector de Ferretería Cesar, la misma empresa en donde laboró hasta que el infortunio tocó su vida.
En ese contexto de resiliencia, Manuel Moreno se convirtió en un especialista en competencias para personas de su naturaleza, incluso, en su historial posee varios títulos nacionales como integrante de la Selección Cesar en baloncesto en silla de ruedas en ciudades como Bucaramanga y Villavicencio, además de un sinnúmero de medallas en impulsión de bala, lanzamiento de disco en los Juegos Nacionales Paralímpicos.
Su último logro lo conquistó en la pasada versión de la Media Maratón Valle de Upar, en la que impuso la mejor marca en su categoría. "Yo entreno todos los días porque si me toca ir a La Nevada a hacer un mandado lo hago. Aquí en Valledupar se realizan las mejores carreras de Colombia y eso lo he aprovechado para poner en práctica mi talento físico. Eso pasó hace pocos días cuando tuve la oportunidad de compartir con miles de atletas en condiciones físicas normales que llegaron desde diferentes regiones de Colombia para participar en la Media Maratón. Esto me motiva a seguir siendo una persona útil para el deporte y la sociedad", puntualizó.
Por ahora, Manuel Moreno se alista para participar en una travesía atlética en una doble entre Valledupar y Mariangola, prueba en la que aspira alcanzar los guinness records y sellar su nombre como un deportista que cruzó la meta victoriosa de las adversidades, pero también un reconocimiento inédito al hombre que supo sortear su 'lotería de vida' rodando con el sello de resiliencia y dueño de un mensaje de esperanza y constancia.
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